domingo, 8 de marzo de 2009

De como me obligaron a ver Watchmen en francés

Casi que comienzo como el diario de Rorschach, apuntando la fecha y hora exacta de la componenda maya que me llevó al cine la tarde de ayer. A pesar de mis protestas, la traición de mi amada esposa terminó de impulsar el irreversible y macabro plan: tenía que ver Watchmen en francés!!!

Es increible lo que se puede entender de una trama tan filosófica (aunque simple en opinión de la parte masculina del ente maya que urdió la trama), sin comprender ni siquiera el uno porciento del diálogo. O bién las palabras están sobrevaluadas, o bién los actores superaron a Marcel Marceau en eso de transmitir sentimientos sin musitar un sólo sonido. Creo que cualquier cinéfilo que se precie podrá refutar la segunda afirmación sin pensarlo más que el instante que le toma al Dr. Manhattan (o como lo dicen en francés, "Manatán", por eso de que la "H" es totalmente muda e inutil en la lengua gabacha) viajar de La Tierra a Marte.

Por lo tanto, ¿están realmente sobrevaluadas las palabras en esta película? Pues concluyo, sin demasiada originalidad, que el diálogo sólo sirve para definir claramente las sutilezas de cada uno de los personajes. Algunos podran ser más sarcásticos, otros más románticos, otros más duros y otro más intelectuales. Pero en el hilo de la trama argumental, eso son solo los hilillos que se despegan de la fibra principal. Me hubiese gustado entender la complicación moral de cada uno de los vigilantes, tal y como socarronamente me lo comunicó la parte femenina del ya citado ente maya a la salida del cine. Pero eso no pudo ser y, como un ciego apoyándose en sus restantes sentidos, tuve que ponerle más atención al continente que al contenido. Olvidarme de guión y actuación en favor de escenografía, vestuario, dirección de cámaras, efectos visuales y, sobre todo, sonido. Porque que sonido más espectacular tenía la condenada película. El Dolby Surround exprimido sin contemplaciones. La cabeza me giraba de un lado a otro y de arriba a abajo, buscando la fuente de cada sonido que se emitía. 

Complementando los efectos de sonido, una banda sonora que, aunque bastante comercial, fue impecablemente seleccionada para presentar las únicas escenas que pude apreciar totalemente, aquellas donde el silencio de los personajes no dejaba otra opción que volver al modo de observación total y en el que la música en inglés (gracias al parlamento francés que no ha dictado una ley para traducir las canciones de las películas) me daba un mensaje más claro que todos los demás diálogos juntos.

Salimos de la sala, y entre la burlas del ente maya sobre lo claro del diálogo de la no tan habitual escena de sexo para una película de superheroes, comencé a pensar que la velada no había estado tan mal. Y camino a casa me propuse conseguir el comic para referirme a la fuente original, cosa que casi nunca hacemos con el resto de las películas y que la confabulación maya que me llevó al cine la tarde de ayer ha conseguido.
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2 comentarios:

Fernando Castellano dijo...

Bueno, al menos me has entusiasmado a ir a verla...

Excelente post, como siempre!. No deberías abandonarnos tanto tiempo.

Mario dijo...

Tus problemas de traduccion gala con Watchmen se solucionan con una sola palabra:..... bittorrent :)